15/5/16

Alergia y asma, un binomio asfixiante [15-5-16]


Alergia y asma, un binomio asfixiante

Dos de los principales padecimientos respiratorios que afectan a un amplio porcentaje de la población son la rinitis alérgica y el asma. La primera afecta entre un 25 y 56% de los menores de 14 años, de acuerdo con el Estudio Internacional del Asma y Alergias en la Infancia (ISAAC por sus siglas en inglés), mientras que el asma aqueja a entre 7 y 17% de la población mexicana, lo cual puede resultar en un binomio asfixiante, teniendo impacto en la salud y en la economía no sólo del paciente y familiares, sino del sector de seguridad social.

Aunado a lo anterior, es muy común confundir una alergia con una gripa y en especial en épocas de invierno. Se piensa que el lagrimeo, la congestión nasal y los estornudos son señales de un simple catarro, pero si estos síntomas duran varias semanas o incluso meses y se presentan en cualquier época del año son una alergia. Las enfermedades alérgicas se presentan como resultado de un mecanismo de hipersensibilidad de las membranas mucosas, piel, oídos y ojos como respuesta hacia alérgenos del medio ambiente. Durante esta respuesta alérgica, el sistema inmunológico comienza a trabajar con mayor rapidez, liberando un químico llamado histamina, causante de los síntomas alérgicos.

Estas reacciones alérgicas pueden afectar a la piel, al aparato respiratorio, al tracto gastrointestinal, y por ello pueden causar una gran variedad de síntomas en relación con el órgano afectado: dermatitis atópica (alergia de la piel), rinitis alérgica (alergia en la nariz), asma (alergia en pulmones), alergia a alimentos, alergia a medicamentos, conjuntivitis alérgica (alergia de los ojos), urticaria y angioedema (alergia de la piel), entre otros.

Por lo que no hay que dejar pasar el tiempo y esperar a que los síntomas se quiten solos, ya que si continúan desarrollándose pueden tener un fuerte impacto negativo en la calidad de vida del paciente. Tampoco se recomienda tomar cualquier medicamento sin prescripción médica, ya que estas acciones seguro traerán complicaciones. Una alergia mal tratada desembocará en asma.

Ahora, ¿cuáles son los desencadenantes de estas enfermedades respiratorias? Es importante destacar que hay dos tipos de alérgenos, los "intra-domiciliarios" que son el polvo casero, ácaros, cucarachas y mascotas entre otros, así como los "extra-domiciliarios" como el polen y pastos.

Para tratar de disminuir las reacciones de un paciente alérgico contamos con sencillas recomendaciones. En la casa hay que eliminar por completo el uso del plumero, ya que lo único que hace este es levantar el polvo, reemplazarlo con trapos húmedos puede ser una buena solución para este problema. Otro consejo es evitar alfombras, peluches, cortinas, cualquier objeto que pueda guardar polvo. Y finalmente evitar el contacto con mascotas.

En cuanto a los alérgenos extra-domiciliarios, se sugiere no exponer al paciente en forma exagerada en épocas de polinización. Es importante en etapas tempranas de la vida evitar alimentos potencialmente alergénicos o con proteínas de elevado peso molecular, como puede ser la leche entera o el huevo después del año; mariscos y pescados después de los dos años; nueces, almendras, pistaches, cacahuates hasta después de los tres años de edad.

Para ayudar al organismo a combatir a los alérgenos se cuenta con los antihistamínicos, medicamentos que se encargan de contrarrestar estos síntomas y así mejorar la calidad de vida del paciente, desde el punto de vista físico, emocional, social y económico. De esta manera el individuo puede realizar sus actividades cotidianas de la manera normal.

Ya se cuentan con antihistamínicos de segunda generación, como la desloratadina, que ofrecen un perfil mayor de seguridad, no provocan somnolencia, no presenta efectos adversos potenciales y su administración cada 24 hrs facilita el acoplo y adherencia al tratamiento.

Las enfermedades alérgicas son multifactoriales, es decir, que involucran múltiples condicionantes para su desarrollo por lo que el tratamiento debe ir encaminado a un manejo escalonado y multidisciplinario. Por esta razón debemos empezar por el uso racional de los medicamentos, lo cual tiene como objetivo principal que cada paciente reciba el medicamento más adecuado para su situación clínica, durante el tiempo que sea necesario, con el menor número de reacciones adversas y al menor costo posible.

De acuerdo con cifras oficiales, el asma mal controlada refleja costos superiores a los 100 mil pesos anuales por hospitalizaciones, además del impacto en ausentismo laboral y escolar del paciente. Mientras que los gastos en un caso controlado podría ser de 6 mil pesos anuales.

Por ello es de gran importancia el papel del médico de primer contacto o general en la detección oportuna y diagnostico adecuado de este tipo de enfermedades, ya que son ellos quienes atienden hasta un 80% de las patologías más comunes, y es a partir de este primer diagnóstico que se espera surja el manejo, tratamiento y prevención adecuada o bien la canalización a un especialista.

Y como fortalecimiento para los médicos de primer contacto, generales y especialistas, recientemente se presentaron las obras médicas: AlergoMecum y RinoMecum, que son una guía con consejos prácticos y tratamientos para facilitar el diagnóstico. Estas guías fueron elaboradas por diversos especialistas entre los que se encuentran alergólogos, neumólogos, otorrinolaringólogos e infectólogos.

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