5/8/15

Conocé los síntomas de la alergia a los ácaros


Conocé los síntomas de la alergia a los ácaros

Si estornudás seguido, tenés los ojos llorosos y falta de aire quizás seas alérgico a los ácaros.

rionegro.com.ar

No son grandes, sólo tienen entre 0,1 y 0,5 milímetros. Tampoco transmiten ninguna enfermedad. Sin embargo, los ácaros son un incordio para millones de personas. Quienes se ven afectados por estos pequeños animalitos suelen tener alergia a los albuminoides, que están presentes tanto en los ácaros como en sus excrementos. No hay que sentir vergüenza de padecer este problema: los ácaros viven en todos los lugares en los que también viven las personas. Por eso esta alergia está tan extendida.

Los ácaros viven básicamente de las escamas de la piel humana y se reproducen a temperaturas que rondan los 24 grados y a elevada humedad. Uno de sus espacios predilectos son las camas. Eso hace que, dependiendo de la antigüedad del colchón, en una cama pueda haber unos 1,5 millones de ácaros. Y no sólo allí se sienten a gusto. Las alfombras y las cortinas también son ámbitos predilectos.

Lo que genera problemas en la piel no son los ácaros en sí, sino sus excrementos, que contienen la mayor parte de alérgenos y los liberan de un modo continuo. En cuanto están resecos, se deshacen en finas partículas que se combinan con el polvo que flota en una vivienda. Esa mezcla es emanada una y otra vez y desparramada en todas las direcciones. La mayoría de las personas la tolera sin mayor inconveniente, pero algunas presentan problemas alérgicos.

El temor a padecer esta alergia no lo debe atormentar a largo plazo: quienes la sufren, presentan reacciones de inmediato. Los principales síntomas son procesos de infección e irritación de las mucosas que derivan en resfríos permanentes, ataques de estornudo, ojos llorosos y falta de aire.

Es característico de esta alergia que los síntomas se presenten en horas de la noche o de la mañana, después de levantarse, porque, precisamente, el lugar que suele estar más habitado por los ácaros es la cama.

Quien crea que puede tener este tipo de alergia debería consultar a un especialista, porque, de no tratarse, el padecimiento puede derivar en un asma.

El test es sencillo: se realiza en la piel con diversos alérgenos y, en caso de presentar los síntomas, aparecen ronchas en el lugar del cuerpo evaluado. Si estas pruebas no resultan claras, siempre está la opción de someterse a un análisis de sangre o tests algo más fuertes, en los que los alérgenos son colocados directamente en la mucosa de la nariz o de los ojos.

Una vez diagnosticado el problema, la terapia consta de tres pasos. Primero, es posible recurrir a productos antialérgicos o a antihistamínicos como el corticoides, que aplacan los síntomas.

El segundo, es evitar el contacto con los alérgenos. En este sentido, lo más importante es cubrir el colchón con un material especial contra las alergias. El mismo procedimiento puede aplicarse en almohadas y mantas. A esto se suma una evaluación de toda la casa. Es altamente recomendable deshacerse de todo objeto que suela juntar polvo y pasar la aspiradora regularmente a las alfombras.

El tercer paso es tratar el causante. En caso de presentar una hipersensibilidad, los afectados son tratados con alérgenos a lo largo de tres o cinco años. Se les aplican dosis que van aumentando en el tiempo hasta que finalmente su sistema inmunológico pierde la sensibilidad hacia este estímulo.

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